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En este blog se incluyen contenidos, imágenes y enlaces a contenidos de la trayectoria personal y profesional de Alejandro Ávila Espada, reflexiones autobiográficas y de su contexto de vida, así como a una selección de sus publicaciones, de los principales encuentros profesionales celebrados, y de las colaboraciones desarrolladas con entidades profesionales o científico-profesionales como el Colegio Oficial de Psicólogos, la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas, la International Association of Relational Psychoanalysis and Psychotherapy o el Instituto de Psicoterapia Relacional.

Miscelánea

Homenaje en 2023 a Alejandro Ávila EspadaGracias, Alejandro (Video proyectado en las VII Jornadas de Psicoanálisis Relacional, el 22 de Abril de 2023, en el Parador Nacional de Sigüenza (Guadalajara, España) con ocasión del Homenaje que se realiza a su trayectoria clínica y aportaciones, en el cincuentenario del inicio de su práctica). La imagen recoge el momento en el que se le entrega un original de Ciuco Gutiérrez ("Tengo una casa muy asentada" de la serie Dudas y Certezas, 2021) que evoca la obra de conjunto y trayectoria de Alejandro Ávila Espada. 

Comentando la experiencia con algunas lecturas y la cultura audiovisual vivida en un año (Noviembre 2023 a Noviembre 2024)

(Noviembre 2023) Leo la obra “Caso clínico” de Graeme Macrae Burnet[1], por sugerencia de mi compañero Carlos Rodríguez Sutil. Es un libro ciertamente interesante pues nos permite conocer por dentro una época, en Inglaterra y en torno al nacimiento de la Antipsiquiatría que propugnaron Ronald Laing, Aaron Esterson, David Cooper, entre los cincuenta y los setenta, luego continuada por Joseph Berke. Conocí de primera mano a este último, y oí hablar bastante de Esterson y Cooper a mi maestro de entonces, Nicolás Caparrós[2], que había también pasado por Londres y Argentina a finales de los sesenta y principios de los setenta.  Leímos por entonces las obras de estos autores, incluido Laing. Su influencia se refleja en nuestro ámbito, a principios de los setenta (1971-73 y posteriores) en los “Grupos de trabajo de Psicología Crítica”, promovido por las primeras promociones de psicólogos en Madrid (yo pertenezco a la tercera, 1973) y también en los primeros años de la revista “Clínica y Análisis Grupal” (desde 1976)

Los personajes de “Caso Clínico”, un Psicoterapeuta que se deja llevar por su narcisismo grandioso, sin más modelo teórico o práctico que el ejercicio sin límites de su Autosuficiencia, y varias personas que se buscan a sí mismas con desigual resultado, reflejan bien el ambiente de una época y un contexto.  Son personajes reales en su casi totalidad, con escasas licencias literarias, y permite vivir a quien no conoció esa época como se afrontaba la salud mental en la Inglaterra de esos años, cuyos planteamientos heredamos de seguido en Italia y España, entre otros contextos. No hay exageración, era así, allí, y con menos trascendencia, aquí, en Madrid en esa época que menciono.

En las semanas anteriores a leer esta obra he estado viendo la serie “La Mesías”[3], que tiene algunos puntos de conexión (las sectas, la secuela traumática de la adhesión fanática a vínculos supuestamente salvadores pero que esclavizan). Más allá de cualquier otra consideración, se trata de una serie de gran calidad que transmite con fuerza los matices de la sensibilidad infantil y su fragilidad ante la psicopatología de los adultos con los que conviven, con las secuelas traumáticas que comportan en su desarrollo psicológico y social posterior.

Re-leo la compilación de relatos de Alice Munro titulada “Odio. Amistad, noviazgo, amor, matrimonio”[4], y leyéndola, por mis notas en el libro, descubro que ya la he leído. No la recordaba, no claramente. Es un conjunto de relatos extraordinario, que más que contarte una “historia” te hace vivir y sentir lo que narran los personajes.  Todos son relevantes, pero me ha impresionado el último “Ver las orejas al lobo”, el lobo de la vejez, del deterioro, del desorientador final de casi todas las historias, que de paso nos permite sentir y vivir en primera persona esa etapa final, pero no concluida.

Esta compilación es una continuación de “La vida de las mujeres”[5] que leí el mes pasado, en la que a través de la historia de una chica, Del, como en esta con otros personajes, contiene una alta carga autobiográfica de la propia Munro, que describe sus escenarios, personajes, lo vivido, y sentido.   He subrayado párrafos, y anotado algunos textos.

Y cae en mis manos, regalado por uno de mis pacientes, la obra (compilación de escritos) de Natalia Ginzburg “Las pequeñas virtudes”[6], una obra extraordinaria que en su primera parte tiene vivencias de sus experiencias de amistad (Retrato de un amigo, sobre ) o las inefables sobre su estancia en Londres “Elogio y lamento de Inglaterra” y “La maison Volpe”, y en la segunda parte incluye los extraordinarias reflexiones sobre si, la escritura, la relacionalidad humana o los valores (…“Mi oficio”, “silencio”, “las relaciones humanas” y “Las pequeñas virtudes”).  Una obra y una autora imprescindibles. Por cierto, madre del filósofo-epistemólogo Carlo Ginzburg, el autor de “Mitos, Emblemas e Indicios”.

(Diciembre 2023) He leído “El adversario” de Emmanuel Carrère (2000)[7] a raíz de descubrir un recorte que guardé hacia 2002 para incitarme a leerlo en los documentos recogidos cuando cerré mi despacho en la Universidad de Salamanca. Más allá de la deriva mística del novelista, su obra sobre el criminal mitómano e impostor Jean-Claude Romand es extraordinaria y propicia una reflexión sobre la construcción de la identidad, en el contacto con el yo, el acceso al tú y al nosotros.  Aprovecho para invitar a Carlos R.S. a leerlo, no lo conocía.  Después paso a leer “1001” un conjunto de escritos conmemorativos del 50 aniversario del juicio a los “diez de Carabanchel” (Proceso del TOP, 1001/72). Me emociona encontrar recuerdos de mi estancia en Carabanchel entre el 19 de Julio y finales de Agosto de 1972, en la que coincidí con muchos de ellos por el proceso 1087/72 del TOP, en el que fui detenido y encausado hasta que fui liberado por el pago de la fianza (creo que fueron 125.000 ptas), luego indultado en Noviembre 1975 en la toma de posesión de Juan Carlos I, continuador del régimen franquista, y posteriormente incluido en la Amnistía de Adolfo Suarez. La mención que se hace en esos relatos[8] a Joseba Elosegui[9] es tal cual era él, y de mi estancia en la tercera galería de Carabanchel quedan muchos recuerdos, como la relación amistosa con numerosos presos políticos, entre ellos los miembros de ETA-PM 4ª asamblea como Carmelo Garitaonandia Garnacho (que más tarde fue Catedrático de Periodismo en la UPV)[10] con quien, aparte de debates políticos, compartí un celebrado concurso de comer sandías, pretendiendo yo, ingenuamente, ganar a un vasco. No pudo ser. Pero aquel mes en Carabanchel dejo una huella imborrable en mí, donde aprendí muchas cosas, y de pasó preparé el examen de Sociología, al que no me había podido presentado en Junio.

Empiezo a leer “El mundo entonces” (Random House, 2023) un ácido y certero ensayo antropológico y social del mundo tal como es hacia 2020-23, obra de mi viejo conocido Martín Caparrós, el hijo mayor de Antonio Caparrós García-Moreno, a quien vi retirarse a escribir en Valsaín, cuando se quedaba a vivir allí en los inviernos a finales de los setenta. La época de “Los living” y de otras novelas. Se trata de una obra que nos ayuda a pensar el mundo presente, quienes somos, como hemos llegado aquí, y nos prepara para pensar sobre un futuro que puede ser diferente (o no tanto). Me queda la añoranza de qué habría sentido su padre si hubiera podido leer este y otros trabajos de su hijo.

Nos encontramos con películas como “Wind River” (Taylor Sheridan, 2017) y “Tres Pisos” (Nanni Moretti, 2021), que remueven los mundos del exterminio y desprecio a la población india en las Montañas Rocosas de USA, o el aparente plácido mundo romano de la Italia actual.

Hemos empezado a ver la 5ª temporada de “Fargo”, ácido retrato de los extremos y contradicciones de la sociedad USA en estos tiempos (ambientada en 2019), lo que unido a la radicalización y polarización del mundo en este momento, 2023, que viene de lejos, se aprecia en Israel, Rusia-Ucrania, Argentina, etc. Y volvimos a ver la película “Fargo” de los Coen, siempre impresionante. Pero esta temporada de Fargo, la 5ª, de la mano de su creador Noah Hawley, cuenta la historia de Dorothy, antes Nadine, una niña abusada y maltratada, que huyó de su maltratador, se cambió de nombre y empezó una nueva vida, en la que tiene una hija que la admira. En el episodio 7 (“Linda”) hay una extraordinaria muestra de las necesidades terapéuticas de Dorothy, que “sueña” con un entorno terapéutico (Camp utopía) en el que estaría refugiada la mujer adulta que convivía con su maltratador, donde ella puede reconstruir su historia traumática a través de modelar sus personajes en un teatro de marionetas, que esa mujer que presencio los abusos y la dejó en manos del maltratador para escapar ella, la defendiese, y ella pudiera regresar acompañada a denunciar los abusos. Pero no es más que un “sueño” y la cruda realidad vuelve a presentarse con intensidad.

Lo complementamos con la desmedida ambición sin escrúpulos de las empresas farmacéuticas que reflejan bien las series “Medicina Letal” (Painkillers, de Peter Berg, 2023) y la documental “El farmacéutico” (Jenner Furst, Julia Willoughby Nason, 2020), ambas describen como se generó y difundió la epidemia de consumo de opiáceos (Oxycontín, Fentanilo).

Y apareció la miniserie “Nolly” (Russell T. Davies, 2023), excelente para apreciar la disociación del mundo del actor y su ser persona.  Pero más intensamente nos topamos con “I am” [11] (Dominic Savage, 2019-2022) en el que durante tres temporadas y un total de 7 episodios se nos da entrada al mundo íntimo de 7 mujeres (y sus otros). No hay episodio menor, y aunque el último (I am Ruth), en este caso un largometraje, deslumbra por la complejidad del sufrimiento de una madre ya madura y una hija adolescente. No hay concesiones al mostrar el sufrimiento humano, y los retos a los que se enfrentan estas siete mujeres protagonistas.

(Enero 2024) Recuperamos Rosa y yo nuestro contacto con Galicia en un viaje de un día a Celanova, en Ourense. Y con la experiencia de la Baixa Limia, vemos “As Bestas” (Rodrigo Sorogoyen, 2022) y volvemos a ver entonces la serie que se rodó en el Instituto de Enseñanza Secundaria de Celanova “El desorden que dejas” (Carlos Montero, 2020). Ambos trabajos documentan la Galicia profunda de la corrupción política, los odios entre vecinos, el tráfico de drogas, el abuso de menores y la ambición desmedida pero también de la nobleza de la mujer gallega.

Concluyo la lectura de la obra construida con recuerdos autobiográficos de Juan Kruz Igerabide (e ilustrada por Elena Odriozola) “Con el ojo del cogote”[12], que me ha regalado esta pasada Navidad Marta Ansón. Una obra que te mete de lleno en la reconstrucción de la infancia vivida por el autor en los finales de los años cincuenta y durante los sesenta y que es un testimonio excepcional de la antropología humana y social vasca. Un gran estímulo para cualquiera que quiera mirar hacia atrás y entender mejor quién es y de dónde viene, qué lleva consigo. 

(Febrero 2024) Recibimos el mes viendo una mini-serie de especial relevancia: “Fácil” (Anna R. Costa, 2022). Que en solo 5 episodios breves nos sitúa de lleno y con intensidad en la vida diaria de 4 chicas discapacitadas de una misma familia que viven en un piso tutelado en la Barceloneta, con un entorno ni facilitador ni especialmente hostil, sólo lo que hay, nada fácil, posible e imposible a la vez.  Aparte del extraordinario trabajo de las actrices en esta obra, está la realidad de un mundo que está ahí pero que ignoramos si no lo tenemos delante. Aunque la serie ha generado controversias y críticas, quizás abra la puerta a que se conozca más y se intervenga más implicadamente.

El viernes 2 acudimos a ver en el Teatro Real la segunda sesión del estreno del espectáculo con el que Sara Baras y su compañía celebran su 25 aniversario, y a la vez homenajean a Paco de Lucía: “Vuela”. Sin palabras, pero con mucha emoción, recogemos la potente innovación de la que da testimonio Sara Baras y los suyos en esta obra: todo ha evolucionado, el baile y el ritmo, indescriptibles; la recreación actualizada de la música de Paco de Lucía, trascendente, en especial en ese solo de saxo que recrea “Verde que te quiero verde”, la luz, la escena….  Algo que nos deja huella, nos acompaña.   Ese mismo día habíamos ido antes a ver la exposición de obras de Teresa Lapayese en el Centro Cívico Anabel Segura de Alcobendas, acompañados de las amigas de Rosa y sus maridos. Lo realista se vuelve aquí también espíritu que vuela libre. Uno de sus cuadros “Cebollas con porcelana” (Óleo 50x89, 2023) nos acompañará.

Y pudimos ver de nuevo a Rafael Álvarez (El Brujo) en su nueva composición “El viaje del monstruo fiero” en el Teatro Bellas Artes de Madrid. La creación, la sensibilidad, el talento del actor y artista integral a la hora de reflejar las inquietudes vivas del mundo en que vivimos, y a la vez los ecos reiterados que nos llegan a través de los siglos de historia de nuestra cultura, lengua y contexto: Transitamos así, y con él, desde Lope de Vega, Cervantes, San Juan de la Cruz, Santa Teresa y a Quevedo, y con ellos llegamos a los que consiguen expresar los conflictos de nuestro mundo, como el propio Brujo, y que se reflejan también en numerosas obras maestras de nuestro cine actual, que hemos tenido oportunidad de ver y sobre todo sentir: “20.000 especies de abejas” (Estibaliz Urresola Solaguren, 2023); “Matria” (Álvaro Gago, 2023); “Chinas” (Arantxa Echevarría, 2023); “Que nadie duerma” (Antonio Méndez Esparza, 2023, basada en una obra de Juan José Millás); y finalmente la portuguesa “Alma viva” (Cristèle Alves Meira, 2022). Todas ellas nos muestran cómo es nuestro mundo, los arcaísmos que nos habitan, cómo somos nosotros, aunque no queramos o sepamos verlo.

Continuo las lecturas. Me he empapado de “Los ojos vendados”, de Siri Hustvedt (Seix Barral, 2018), un trabajo en gran medida autobiográfico y de creación sobre las facetas de nuestra identidad. Ahora afronto, más despacio, por su intensidad, la obra del reciente nobel, Jon Fosse “Melancolía”, pero la alterno con una novela histórica que tenía hace tiempo pendiente “El tiempo escondido” de Joaquín Barrero Menéndez (2005), una obra que recrea en torno a una trama detectivesca, un poco forzada y que como tal no me acaba de atrapar, las tensiones reales vividas en los avanzados años veinte y en la postguerra civil (mediados los cuarenta), donde se palpa con intensidad los odios ancestrales y la lucha de clases e ideológica en Asturias y en Madrid, revisadas desde finales de los noventa del siglo XX. Es todo un informe antropológico y social de esos años, y he leído varios capítulos en los que se describe con fidelidad lo que recuerdo de la vida diaria y costumbres que permanecían en los años cincuenta, mi infancia en el barrio de Delicias, Madrid, desde la calle del Ferrocarril, hasta el río, el Paseo de Santa María de la Cabeza, hasta Legazpi, y más. En ese contexto viví mi infancia, eso sí, con la fortuna de vivir en un piso en la Calle de Canarias, entre Batalla del Salado y Paseo de las Delicias, que mi madre usó como casa de huéspedes, taller de costura, y cuanto se ofrecía en la época. Y me ayuda a reconstruir muchos recuerdos, como el tranvía “pepe” que circulaba por la complutense, y que usé en mis primeros años de estudiante en Filosofía y Letras. La lectura de esta obra me llegará hasta principios de Abril.

Estoy a la espera de que conseguir “Baumgartner” de Paul Auster (Seix Barral, 2024)

(Marzo 2024) Las series ya ocupan un lugar estable en nuestro mundo cotidiano. Ahí nos aparece “Your Honor” (Peter Mofat y otros, 2020) que despierta nuestra atención desde la profunda huella que nos dejó el protagonista de “Breaking Bad” (Bryan Cranston), aquí protagonizando un tortuoso relato sobre un personaje que discurre entre lo moral y lo real, la imposible paternidad ideal, casi siempre fracasada, y la inviabilidad de transformar lo real de acuerdo a nuestras limitadas necesidades.

El teatro siempre se abre paso, y hemos asistido a la representación de “Vania x Vania” (versiones 1 y 2) las dos versiones que ha preparado Pablo Remón de la obra de A. Chéjov, en la que Javier Cámara interpreta a Tío Vania. Impresionante, evocador, me recordó mi estudio de Konstantín Stanislavski (quien estrenó en su momento “Tío Vania”) en mi época de inmersión en el teatro a principios de los setenta, pero ahora, en nuestros setenta, la ácida y naturalista reflexión-interrogación sobre el sentido de la vida. Una obra que remueve los por qué y los para qué de la existencia.

La última lectura de marzo es la obra de Junichirô Tanizaki “El elogio de la sombra”, una reflexión desde la mirada japonesa tanto a la cultura de oriente, china y japonesa, como a su espejo en occidente. Lo imperfecto frente a lo supuestamente perfecto. Lo que brilla (y ciega) frente a lo que la sombra o el claroscuro abre a la interpretación, y en consecuencia al pensamiento.

(Abril 2024) Ya he conseguido “Baumgartner” de Paul Auster (2024), pero aún no he empezado a leerla. Entre tanto hemos visto “El maestro que prometió el mar” (Patricia Font, 2023) que me traen muchos ecos familiares, entre ellos el de mi tío materno Antonio Espada, desparecido en 1936, y del que solo he oído hablar en su día a mi madre, así como la intensa “Vidas pasadas” (Celine Song, 2023). Obras de calidad, intensas, como también hemos encontrado en “Creatura” (Elena Martín, 2023) sobre la erotización temprana, su deriva psicosomática y el inevitable trastorno sexual; también hemos visto “Anatomía de una caída” (Justine Triet, 2023), un prodigioso relato sobre la complejidad del mundo relacional en la pareja. Tras tres intentos hemos conseguido ver “Cerrar los ojos” (Victor Erice, 2023), una obra de culto sobre el cine, cuya esencia como mundo se ha perdido, pero que permanece en los relatos, narrados y creados en imágenes. Una metáfora sobre la importancia de recordar y mantener viva la historia, revisándola, recordándola. Re-escribiendola.

Entre tanto ha colado la estridente sátira sobre el poder actual que es la mini-serie “The Regime” donde Kate Winslet encarna a una dictadora fruto de un escenario corrupto y proyección de los desarrollos de las élites económicas que la crean y la utilizan.

Intento retomar “Melancolía” de Jon Fosse, pero no tengo ganas de leer estos días, en general. El texto de Fosse te sitúa dentro de una mente apenas estructurada, entre esquizoide y paranoide, donde cuesta encontrar referentes en el encuentro con lo real y los otros, y la identidad propia se diluye.

Esta semana hemos visto (he visto) “El sol del futuro” (Nanni Moretti, 2023), una impresionante y melancólica metáfora y a la vez narrativa de la decadencia del mundo que hemos vivido entre los cincuenta y el presente, es decir, mi tiempo de vida. ¿Dónde está el sentido de lo que hacemos? Moretti hace una irónica y ácida crítica (autocrítica) del mundo de la cultura y la crisis del cine, elemento narrativo fundamental de las transformaciones de nuestro mundo, un mundo que ya no está, que se ha derrumbado, junto con los ideales de la izquierda. Siguiendo con el cine, y en un tono diferente, más cercano a “Cinema Paradiso” hemos visto “La contadora de películas” (Lone Scherfig, 2023), con una narrativa de imágenes y emociones que nos suena muy cercana como hijos de obreros y trabajadores que provienen de un mundo donde la fantasía permite resistir los embates de la realidad, en esa deslumbrantemente cegadora aridez de Atacama. También hemos encontrado ecos cercanos en “Metronom” (Alexandru Belc, 2022) y una época (1971-2) en la que vivimos experiencias semejantes en España a las de Rumania, ideologías aparentemente opuestas, pero prácticas dictatoriales comunes. Ha sido una semana intensa, en la que también ocupó un perturbador lugar central “El consentimiento” (Vanessa Filho, 2023) basada en la obra autobiográfica del mismo título de Vanessa Springora.

La última ha sido una semana de conciertos y espectáculos musicales y audiovisuales. Con el concierto de Manolo García en Madrid compruebo que hemos perdido al cantautor de género, ahora tapado por luces y sonidos que hacen difícil seguir sus textos o su música, y a la vez con un disfraz antisistema que yo percibo como una “actuación” para la galería, atiza el descontento de sus fans y lo deja en manos de quien lo pueda utilizar para sus fines, no sabemos cuáles.  Otro relato que vivimos es el del “Carmina Burana” de Orff, representado esta vez por la Fura dels Baus, una vez más el encuentro con la inevitable aceptación de la finitud, y la recomendación del Carpe Diem ante la cambiante Fortuna.

Una persona que es mi paciente me ha regalado una obra autobiográfica de Theodor Kallifatides: “Un nuevo país al otro lado de mi ventana” (Galaxia Gutemberg, 2023). La leo casi de un tirón, me hace pensar mucho y tomo notas para hacerme algunas de las preguntas que se hace el autor, un escritor griego que se trasladó a Suecia donde ha vivido. ¿Me conozco a mí mismo? “Tener idea de qué determinó nuestra vida, saber por qué fue como fue (…) porque finalmente lo que te queda es la imagen de ti mismo (…) ´Nosotros´ hemos cambiado con nosotros mismos (…) Quizá sea más fácil ver lo que alguien no es, que lo que es. Tener una raíz, una razón para quedarse y ser”

De nuevo potentes relatos y escenarios en el cine. Escribiré cuando sea posible sobre la impresionante “La zona de interés” (Jonathan Glazer, 2023), he de escribir acerca de por qué nos interesa HOY. A nuestro lado suceden muchas cosas que no queremos ver, pero que son posibles por nuestra inacción o nuestro silencio.

Hemos visitado la Exposición que el Thyssen de Madrid le ha dedicado a Isabel Quintanilla, la pintora neo-realista de la generación de Antonio López. Nos llevamos profundas imágenes que nos hacen revivir los escenarios y objetos de nuestra infancia como si los tuviéramos delante, las imágenes que definían los espacios y objetos con los que convivimos, en una época en que ni lo audiovisual ni la tecnología nos tapaban el mundo real.

“Los peores” (Lise Akoka, Romane Gueret, 2022) es un impresionante relato entre documental y ficción, de la vida de niños y adolescentes en el Quartier Picasso de Nanterre. ¿Podríamos recuperar a nuestros “peores” e incluirlos en donde elijan?

Hemos estado en Barcelona, y hemos visitados la impresionante exposición de las cerámicas de Miquel Barceló “Tots som Grecs”. Un artista verdaderamente integral, que construye imágenes y experiencias muy trascendentes. Encontramos una construcción a propósito de los Relacional, y nos guardamos la imagen para compartirla.

Nos hemos encontrado con una serie “Normal People” (Lenny Abrahamson; Hettie Macdonald, 2020) basada en una obra del mismo título de Sally Rooney. La serie refleja de forma extraordinaria y con unos actores excelentes cómo evolucionan dos adolescentes desde el colegio de secundaria en Sligo, Irlanda, hasta su posterior ingreso a la Universidad en Dublín, en el Trinity College, él (Connell) encaminado hacia la literatura, donde muestra un alto nivel, y ella (Marianne) hacia la historia y la política. Pocos relatos reflejan de manera tan profunda los procesos de esa edad, los duelos del crecimiento y la huella de los ambientes traumáticos familiares.

Siguiendo con los encuentros, hemos hallado una película “She came to me” (Rebecca Miller, 2023) que es una sorprendente mezcla de ácida ironía, calidad musical y visual, creatividad, y un relato potente sobre las facetas del amor, el encuentro y la ayuda al otro, incluida la figura del Psicoterapeuta.

Tras nuestra semana en León, iniciando las vacaciones ya en Lubián, la última parte de Julio, empiezo a leer “Baumgartner” de Paul Auster, una obra impresionante entre lo autobiográfico y la experiencia de narrarse en sus etapas y en sus pérdidas, y muy especialmente desde el Adulto mayor que ya en los setenta sigue luchando por seguir siendo de alguna manera joven, pese a las evidencias. La leo en apenas una semana, y me impresiona profundamente su calidad y su variedad de recursos. Incluye numerosos guiños autobiográficos, incitaciones a la búsqueda de los orígenes y a la clarificación de la historia de nuestros antecesores. También el relato inserto “Cadena perpetua”, sobre las tribulaciones del escritor. Me incita a volverlo a leer, tengo marcadas muchas páginas, y también me da a conocer otra de sus obras “La invención de la soledad”.

De seguido, ya avanzado agosto de 2024, empiezo a leer “Relato de un hombre invisible” (En “La invención de la Soledad” de Paul Auster, 1982), un relato que me impresiona profundamente por su capacidad de retratar a su padre, y de retratarse el mismo con él. Creo que he leído pocas obras de la intensidad y calidad de esta. La releeré, lo requiere sin falta. Hay un relato añadido “Libro de la Memoria” con el que empiezo a continuación. Recoge los recuerdos y los vacíos. Tremendo. Imprescindible.

Ya de regreso en Madrid, Carlos me regala “Mónica (Una aproximación literaria a la histeria)” (Anónimo, publicado por KRK). Es una reconstrucción en la que cada capítulo narra experiencias de una época de la vida de la protagonista. Encuentro muy evocador el primero de los capítulos (La búsqueda) que describe un mundo cotidiano que reproduce escenas frecuentes en mis primeros años de infancia, costumbres de la época. Después, poco a poco, la obra me atrapa menos, se desvae, o yo me alejo de ella.

Ya en Madrid recuperamos algo de tiempo para las series audiovisuales, y nos encontramos con dos especialmente poderosas “The Capture” (Ben Chanan, 2019) de la que vemos la primera temporada, y de seguido nos volvemos hacia la tercera temporada de “RAPA” (Pepe Coira, Fran Araújo, Jorge Coira, 2023), esta vez con una monumental actuación de Javier Cámara camino de su eutanasia para escapar de la ELA que cada vez lo anula más, rodeado de exquisitos personajes gallegos, creíbles e impactantes.

Ya entrado el otoño, compartimos la serie “Las Abogadas” (Juana Macías, Polo Menárguez, 2024) que es una reconstrucción documental de lo vivido entre 1967 y 1977, con la agonía (pero un morir matando) del franquismo. Muchos de los personajes de la historia real los conocí directamente, las abogadas Lola Lorenzo, Cristina Almeida, García Valdés, mi primer defensor, los presos del 1001/72 con los que coincidía en el cine en la cárcel de Carabanchel, García Salve, con quien seguí teniendo alguna relación. Son historias vividas casi en directo, el asesinato de Enrique Ruano, los “Guerrilleros de Cristo Rey” cuyos hilos movía Sánchez Pacheco, el atentado terrorista contra Carrero Blanco, los fusilamientos “al alba”, la matanza de Atocha, la amnistía, y hasta la legalización del PCE, una noche en la que estaba “de Guardia” en mi servicio militar aplazado.  Más allá del relato histórico apenas distorsionado en la ficción, los recuerdos de las experiencias vividas me inundan. Y el tiempo ha ido poniendo a cada uno en su lugar.  Hoy he comprado para un yerno (pensando en mis nietos) una obra de Martínez Soler y Martínez Westley (Franco para Jóvenes, Los libros de la catarata, 2024), porque la historia, nuestra historia, nos determina.

Hemos visto la serie “Querer” (Alauda Ruiz de Azúa, 2024), un relato desgarrador e impecable de la violencia de género sutil y silenciosa en el seno del matrimonio, y sus secuelas en los hijos, y así sucesivamente. Qué impresionante papel de marido hace Pedro Casablanc, que fiel reflejo de un entorno -en este caso el del Bilbao conservador- que normaliza y silencia cualquier dominación. Concluimos este periodo con algunos ya clásicos como “Tomates verdes fritos” (Jon Avnet, 1991) y “O Corno” (Jaione Camborda, 2023), ambas denuncias del sometimiento femenino a una sociedad arcaica, y los caminos de rebelión que reafirman la libertad esencial que las mujeres merecen. Finalizamos este periodo con la serie “Brilliant minds” (Michael Grassi, 2024), que dramatiza la aproximación humanista que las neurociencias aportan a la comprensión de lo diferente, de la mano de Oliver Sacks.


[1] Macrae Burnet, G. (2022). Caso Clínico. Madrid: Impedimenta [Original de 2021]

[2] Véase: Ávila, A., Rodríguez, C., Lorenzo, L., Vallejo, F., Irazábal, E. y Olabarría, B. (2021). In Memoriam: Nicolás Caparrós (1941-2021). Clínica e Investigación Relacional, 15 (1): 298-314 [ISSN 1988-2939] DOI: 10.21110/19882939.2021.150118

[4] Munro, A. (2014, 2023). Odio. Amistad, noviazgo, amor, matrimonio. Barcelona: Debolsillo. [Original de 2001]

[5] Munro, A. (2011, 2023). La vida de las mujeres. Barcelona: Debolsillo. [Original de 1971]

[6] Barcelona: El Acantilado, 2002.

[7] Que se viene reditando desde 2000 regularmente en Anagrama.

[8] En especial en el cap´çitulo de Daniel Bernabé “Cárcel y solidaridad”.

[12] Publicada por Ediciones Modernas El Embudo, 2023.


Selección de fuentes documentales de interés sobre la obra de Alejandro Ávila Espada

Contenido audiovisual (entrevistas): 

Contenido audiovisual (Selección de conferencias y clases impartidas): 

Documentación textual accesible en la web:

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